Pamela ha dejado carreteras y puentes intransitables, municipios bajo el agua y familias que lo han perdido todo, pero lo que nunca perderemos será el coraje por salir adelante.
Los nayaritas no están solos, somos la fuerza que Pamela no podrá derribar y nos permitirá demostrar que podemos levantarnos hasta en la tormenta más difícil.